En nuestro último día en el Elisabeth Lange Schule, hemos asistido a dos clases muy distintas entre sí. La primera de ellas ha sido con la profesora Romina Camji y se ha tratado de una clase de inglés con alumnos y alumnas con dificultades. Una forma de atender a la diversidad que plantea la profesora es sentar a los estudiantes en círculo para repasar los contenidos estudiados y después han trabajado de forma individual. Tiene un sistema con iconos del tiempo (sol, nublado, arcoiris, lluvia y tormenta), dónde va colocando los nombres de sus estudiantes según su comportamiento y trabajo (pueden mejorar o empeorar y son partícipes de ello).
Después, hemos estado en el Hafen, el puerto, dónde se trabaja en grupos pequeños y se trataba, en este caso, de un proyecto contra el racismo con la profesora Johanna Jöhnck. Solo había tres estudiantes y han creado mensajes positivos para colgarlos en el árbol de los deseos. Mientras trabajaban, exponían sus ideas sobre temas como el conflicto en la franja de Gaza y la guerra de Ucrania. El grupo es heterogéneo para demostrar distintos puntos de vista. Ha sido súper interesante y constructivo.